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  • Foto del escritorDamian Terratrun

La Zona del Silencio


11 de Julio de 1970, 3:15 horas de la madrugada al Norte del Cerro de San Ignacio en los límites de Coahuila, Durango y Chihuahua, cayó un misil, el misil de pruebas Athena de la Fuerza área de Estados Unidos, que había sido lanzado desde una base militar cerca de Green River , Utah en dirección al campo de misiles de White Sands en Nuevo México.


El misil Athena era un proyecto de los EEUU para poner en órbita pequeños cargamentos y poder enviarlos al espacio. Una supuesta nave carguera, ni más ni menos. Sin embargo este misil transportaba dos pequeños contenedores de Cobalto 57, un elemento altamente radiactivo como principal fuente de energía. Inmediatamente, un equipo de especialistas llegó para buscar el misil. La búsqueda por tierra y aire duró tres semanas y cuando por fin se localizó el cohete, se construyó una carretera para transportar los restos y analizar varias toneladas de tierra contaminada.


Como resultado de las operaciones de rescate de la Fuerza Aérea estadounidense, surgieron varios mitos e historias sobre el área, incluyendo extrañas anomalías magnéticas que impiden las señales de transmisión, mutaciones de la flora y fauna o visitas extraterrestres.


Esta es la historia de aquel enigmático entorno que solía ser un antiguo lecho marino y que hoy está rodeado de mitos y leyendas, donde los dispositivos electrónicos no transmiten sus ondas, las brújulas no apuntan al norte, la flora y fauna son muy singulares y parece ser que se trata de una zona que atrae misteriosamente la basura espacial, hoy hablaremos del área con mayor misticismo en nuestro país, la Zona del Silencio.



Bienvenido a Agnósticos.

Sigue tu razón tan lejos como te lleve.



El tema de hoy será el primer caso que tocamos Mexicano, por fin, después de un mes de episodios estamos consumiendo local, espero que les guste y si es así ya saben que tienen total libertad de escribirme en donde quieran, cuando quieran y como quieran, me gustaría saber si quisieran más episodios donde abordemos casos de nuestro bello México que por cierto está lleno de misterios en cada uno de sus rincones.


Densos y oscuros nubarrones de aspecto sobrecogedor cubren el cielo. Llevados por el viento se desgarran dejando pequeños claros por los que se filtra la brillante luz de las estrellas y el fugaz resplandor de un aerolito que cruza la bóveda celeste. Si llega a caer un aguacero, no se podrá salir del desierto en varios días.


La tierra está a oscuras al faltarle la luz del universo; sólo los relámpagos, en el horizonte, la iluminan brevemente, recortando la negra silueta de las montañas circundantes que semejan gigantes dormidos, indiferentes al desasosiego del espíritu de quien las contempla.


Hacia el sur, a gran distancia, se percibe la tenue claridad de las ciudades de la Comarca Lagunera, perdidas en el horizonte. En la inmensidad del desierto, el universo y el hombre toman su proporción real.


Estamos en el Bolsón de Mapimí al Norte de México, justo en la confluencia entre los estados de Chihuahua, Coahuila y Durango, y es donde encontramos la enigmática Zona del Silencio una cuenca cerrada, lecho de antiguas lagunas, que forma parte del gran desierto chihuahuense.


El llamativo nombre otorgado a esta región desértica surge a mediados del pasado siglo, cuando empiezan a aflorar testimonios de personas que, al penetrar en este espacio tan aislado y solitario, detectan situaciones totalmente anómalas. A sólo 400 km de distancia de El Paso, en Texas, la Zona del Silencio parece ser que interfiere con las señales de radio y de TV; y además, tiene una historia documentada sobre actividad OVNI.


Y aquí hay historia, hay muchísima historia, es lo que me encanta de México, en tiempos prehistóricos esta gran extensión de tierra estuvo sumergida bajo las aguas del llamado Mar de Thetis, como lo demuestra la gran cantidad de fósiles marinos que se encuentran en ella.

Hacia el periodo eoceno de la Era Cenozoica, hace unos treinta millones de años, se originaron fuertes cambios orogénicos que hicieron emerger las grandes masas continentales. Se calcula que hace un millón de años el desierto chihuahuense adquirió su morfología actual.


Según cuentan los expertos y visitantes de esta zona, en aquel entorno los aparatos de radio no transmiten sus ondas, las brújulas parecen volverse locas, muchas personas han llegado a ver luces extrañas en la noche y parece ser que se trata de una zona que atrae misteriosamente la basura espacial, prácticamente como si un halo magnético la atrajese


Por si fuera poco el misticismo detrás de este caso, geográficamente tampoco puede quedarse atrás, y es que la Zona del Silencio o el Vértice de Trino como también se le llama, comparte situación geográfica, entre los paralelos 26 y 28, con la situación del Triángulo de las Bermudas, con la posición de las Pirámides de Giza en Egipto y con algunas ciudades sagradas del Tíbet. Desde luego, si es algo causal, es mucha mucha casualidad.


A lo largo de la historia hubo muchos testigos, y muchos conocidos, de los hechos que estaban sucediendo en esta enigmática zona. El ingeniero químico de la Petrolera “Petróleos Mexicanos” Pemex, Harry de la Peña quien la visitó por primera vez en el año 1966 que descubrió un punto a donde no llegaban las ondas de su radio o el famoso aviador Francisco Sarabia, alias «el Aguilucho Lerdense», fueron algunos de los primeros testigos que percibieron la anomalía en este territorio mexicano.


Francisco Sarabia Tinoco era el más famoso pionero aviador en México, debido en parte, a su récord de velocidad volando entre la Ciudad de México y Nueva York en 1939. Sarabia ha sido homenajeado a lo largo de los años con estatuas, sellos especiales de emisión que llevan su imagen y otros monumentos. El aeropuerto nacional en Tuxtla Gutiérrez, Chiapas, lleva su nombre.


En la década de 1930, Sarabia volaba sobre Durango cuando entró en el espacio aéreo situado sobre el desierto de Chihuahua. De repente hubo un silencio de radio, que alertó al control del tráfico aéreo que algo no iba bien. Sarabia tuvo que realizar un aterrizaje de emergencia después de que su equipo fallara. Él sobrevivió, pero ni él ni los ingenieros pudieron encontrar explicación a lo que había ocurrido. Este fue el primer caso conocido de problemas técnicos en la Zona del Silencio.


La Zona Del Silencio comenzó a cobrar interés, entre otros motivos, porque era una zona frecuente de caída de meteoritos. Uno de ellos, el más famoso, bautizado como el “Meteorito de Allende” cayó en este desierto el 8 de Febrero del año 1969. El meteorito se fechó en 13.000 millones de años de antigüedad, algo que según los expertos lo acercan en edad a la famosa explosión del Big Ban cuando se supone que se creó nuestro Universo. Pero, sin duda, hubo un hecho que marcó profundamente la historia de este lugar.


Como indicábamos al inicio de este capítulo, la leyenda viviente alrededor de esta zona se enriquece como mística a principios de los años setenta, cuando el cohete Athena de la NASA, El 11 de Julio de 1970, fue lazado desde Utah a White Sand pero misteriosamente, continuó 400 kilómetros al sur, cruzando la frontera México-Estados Unidos cayendo en la región. De inmediato un equipo de especialistas estadounidenses llegó para localizar el artefacto y contrataron algunos lugareños para ayudar a peinar la zona. Curiosamente, a pesar de todos los recursos empleados, incluyendo aviones, la búsqueda se prolongó por varias semanas.


Por tierra y aire, lugareños y autoridades militares de ambos países se enfrentaron al desierto y, finalmente, consiguieron dar con el misil. Cuando finalmente se localizó el cohete se tendió un corto tramo de vía desde la estación de Carrillo, para sacar los restos del aparato y, además, bajo el supuesto de que estaban contaminadas con desechos radiactivos, se embarcaron varias toneladas de tierra del área vecina al lugar del impacto. Las operaciones se realizaron bajo un fuerte dispositivo de seguridad, de manera que ni los lugareños pudieron ver los restos del cohete. Tanto misterio despertó sospechas y originó rumores.


Investigadores locales como Santiago García, quien afirma haber estado presente durante el controvertido episodio, asegura que sacaron toneladas de tierra en sendos vagones que contenían desde arena hasta especies de flora y fauna que solo se encuentra aquí. Tanto Santiago García como otros muchos expertos, consideran que la caída del Athena no fue casualidad. Según esgrimen, una potencia que un año antes había llevado al hombre a la luna difícilmente podía perder la ubicación de un misil y, mucho menos, tardar semanas en encontrarlo. Para ellos, todo fue una maniobra orquestada por Estados Unidos con el fin de estudiar la Zona del Silencio, analizar si se trataba de una buena ubicación de lanzamiento de cara a sus programas espaciales, conocer los silencios en las transmisiones de radio, así como los habituales avistamientos de OVNIS y llevarse material orgánico único en esta parte del mundo para analizarlo.


Todo este proceso se hizo con el mayor de los secretismos y bajo un fuerte dispositivo de seguridad; ni siquiera los lugareños que ayudaron con las labores de búsqueda pudieron ver los restos que habían impactado del misil Athena. Esto desde luego despertó muchas sospechas y rumores como que la zona poseía cualidades magnéticas desconocidas. La operación de búsqueda y recuperación terminó el 2 de Agosto de 1970.


Posteriormente un lugareño natural de la región de Ceballos, en Durango, descubrió un punto a donde no llegaban las ondas de radio. Sus declaraciones originaron una investigación realizada por universitarios de Torreón, Coahuila, quienes propusieron la teoría de que un cono magnético cubría esta región y bloqueaba diferentes tipos de señales. Se cree que dicho magnetismo influye en la frecuencia con la que se pueden apreciar numerosas estrellas fugaces que «caen» hacia el desierto y se acercan tanto que parecen bolas de fuego.


Eugenio Aguilar, quien ha vivido toda su vida en esta comarca, vivió una experiencia extraña cuando viajaba con su hijo de dos años y, por motivos de trabajo, se internaron en el desierto. Recorrió más de 100 Kilómetros y se quedó sin gasolina y sin agua.


Su hijo estaba al borde de la deshidratación y «de la nada, se apareció una persona anciana, con barba, que me dijo:

"Oigo llorar a un niño”.

Según explica Eugenio, el personaje no dijo nada más, simplemente desapareció. Unos metros más adelante, y como si de un espejismo se tratase, el testigo encontró un camión quemado que tenía el tanque de gasolina lleno… ¿Cómo podía ser posible? Además, junto al camión encontró la manguera que necesitaba para traspasar el combustible del vehículo incendiado a su camioneta.


Para Eugenio, aquel anciano era sencillamente Dios, quien obró el milagro y salvó la vida de su hijo. Es importante destacar que, desde los años 70, cuando surge el mito de la Zona del Silencio, aparecen testimonios de personas que se adentran en este desconocido desierto y reciben la visita de extraños personajes que les socorren; en algunas ocasiones les ayudaban a encontrar el camino de vuelta a la civilización, otras veces colaboran para desatascar algún vehículo varado e, incluso, se dice que ofrecen agua y alimento a los que lo necesitan.


Según el investigador de Torreón (Coahuila) Santiago García, tristemente fallecido, pero que dejó estos datos por escrito en su obra «Las dos caras de la enigmática Zona del Silencio», el mismísimo ingeniero y científico alemán Werner Von Braun (ingeniero clave en la conquista aeroespacial, diseñador de los cohetes V2 y del Saturno V, que llevó al hombre a la luna, de oscuro pasado NAZI) se personó en la Zona del Silencio durante las labores de recuperación del cohete Athena y habría hecho este comentario que, según el investigador, quedó registrado en su grabadora:


«Si yo fuera un ser extraterrestre al venir a la Tierra, escogería para descender en ella a la Sierra del Silencio, pues estaría completamente seguro de que ningún radar, computadora o aparato científico me podría detectar tan fácilmente (…)”.

La Sierra del Silencio es, sin duda alguna, una ventana o puerta al universo y es la más segura y maravillosa para que una nave de otro mundo pudiera entrar a la Tierra sin ser detectada.


A partir de estos sucesos y por la peculiaridad de lugar por su flora y fauna endémica, junto con la presencia de bancos de fósiles y de áreas con gran concentración de fragmentos de aerolitos, se le define ya como un área con características sobrenaturales, originando una serie de mitos, entre ellos «extrañas anomalías magnéticas que impiden la transmisión por radio«, mutaciones de la flora y fauna, la incapacidad de escuchar la conversación de otras personas, hasta la idea de visitas extraterrestres pues el lugar decían, era la base de aterrizaje de naves alienígenas.


Tal importancia tiene esta zona desértica que la región ha seguido conociéndose a base de esos mitos y la gente del lugar no quiso desperdiciar la oportunidad de hacer dinero fácil, así que se organizaron excursiones masivas en busca de experiencias paranormales. Pronto surgió la versión de que justo al otro lado del mundo, en algún lugar del Tíbet o Nepal, existía una zona con las mismas características, por lo que se consideró a este punto como un polo donde se concentraba la energía terrestre.


Enseguida, los excursionistas se dieron cuenta que no era fácil encontrar la Zona del Silencio, por lo que hubo que replantearse la hipótesis del cono magnético, argumentándose que éste cambiaba de lugar según las condiciones de la atmósfera, e incluso se consideró la presencia de varias «manchas de silencio» que se desplazaban continuamente por el desierto, en forma errática.


En muchas ocasiones se ven llegar a numerosos grupos de personas en busca de OVNIS o a celebrar extravagantes ceremonias para «recargarse» con la energía del universo. La obsesión, ambición y el fanatismo se apoderaron del lugar dando como resultado la devastación y extinción de los bancos de fósiles marinos que existían por la zona. Antiguamente esta zona era conocida como el Mar de Thetis. Hoy en día la mayoría han sido saqueados prácticamente.


Actualmente, se venden fósiles de diversos tipos, extraídos de bancos secretos cuya localización guardan celosamente los residentes. En su lugar se encuentran piedras apiladas formando círculos con estrellas de David en el interior, en los cuales se llevan a cabo ritos de conexiones intergalácticas incluso. Todo un show en muchas ocasiones…


Lo mismo sucede con las puntas de flechas o chuzos que los antiguos indígenas usaban para pescar o cazar. La flora y la fauna también han sufrido el saqueo. Una gran cantidad de pequeñas cactáceas han sido arrancadas para ser vendidas en el extranjero, donde son muy cotizadas. La fauna, principalmente especies exóticas como la tortuga del desierto, han sido buscadas de tal manera que se encuentran ya al borde de la extinción.


Como pueden escuchar, y no es la primera vez que hablo sobre zonas misteriosas del planeta, existen multitud de lugares enigmáticos en nuestro planeta que demuestran que no conocemos realmente al 100% todavía el mundo en el que vivimos. Y sobre todo, si vamos a explorar a estos lugares, debemos respetar al máximo el ecosistema, la fauna, la flora, etc. La mejor investigación que podemos realizar es aquella que nunca deteriora ni modifica el entorno investigado.


Un desierto cuya inmensidad bordean montañas con aspecto de cráteres, donde abundan aereolitos esparcidos en sus alrededores, así como el recuerdo de un cohete espacial que cayó en su árido territorio, hacen de la misteriosa Zona del Silencio, en el norte del país un escenario sideral.


A esta impresión contribuye la magnifica vista de la bóveda celeste que se tiene desde ahí, la cual permite apreciar constantes lluvias de estrellas y algunos satélites artificiales en movimiento, acompañada del manto silencioso que efectivamente cubre este lejano paraje, a donde se dice no penetran las ondas electromagnéticas de la radio.


Sin embargo, una poderosa energía magnética, responsable de la atracción de los cuerpos celestes hacia el sitio, es en realidad lo que puebla este singular desierto mexicano y lo reviste de un ambiente denso que pesa sobre el visitante, remontándolo a otra dimensión, distinta de la normal. Así, la Zona del Silencio ofrece no solo un paisaje insólito sino también una experiencia sensorial.


México país mágico, en nuestra antigua ciudad de los dioses magia practica y teórica son las bases sobre las cuales el pensamiento humano eleva posteriormente los edificios de la ciencia y la técnica.


La historia de México está llena de relatos que perduran más por lo que tienen de valor cultural que por la autenticidad de sus testimonios.



 


No tengo palabras para describir lo fascinante que me suena este lugar, Solo tengo que decir que tengo muchísimas ganas de ir la Zona del silencio y probar en piel propia lo que sucede en este firmamento mexicano, ¿Ustedes que opinan? Es la zona del silencio no más que un mito creado por pobladores del lugar y del mismo gobierno para incitar al turismo o vas más allá de nuestro raciocinio, y en realidad este desierto en el norte del país encierra dentro de sus montañas misterios inexplicables que rebasan lo normal para el ojo humano.


Fue un placer para mí estar aquí con ustedes una vez más. Recuerden que tenemos episodio nuevo cada semana, y si quieren conocer un poco más de cada caso, datos curiosos y no perderse del nuevo contenido preparado para ustedes, pueden seguirnos en nuestras redes sociales, como fb e ig, recuerden suscribirse en el canal de Youtube y activar la campanita para no perderse ni un nuevo capítulo.



Sigue tu razón tan lejos como te lleve

Mi nombre es Damian Medina y esto fue Agnósticos. Episodio 7.

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